Recuerdo asistir a mi primera clase de computación a los 6 años. Recuerdo el olor de la alfombra del aula, el sonido de los ventiladores de las primeras computadoras personales, el brillo de los monitores monocromáticos y la posibilidad de escribir en BASIC las primeras líneas de programación para borrar la pantalla del monitor, y el primer “hola” al lado de un cursor parpadeante.
A lo largo de 4 décadas, he tenido oportunidad de experimentar esa emoción con más de una docena de productos y servicios, descubrir los beneficios y comprender cuando esta tecnología cambiará la forma en que vivimos.
Como la inmensa mayoría de los primeros propietarios de Tesla en México, he disfrutado de enfrentarme a los problemas de ser un usuario temprano de algunos de estos productos. Y estar listo para cambiar la forma en que me preparo para viajar en las carreteras de México.
Después de mis primeros 10,000 Kilómetros en este extraño 2020, he circulado por Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Estado de México y Ciudad de México. Me he preparado para cargar en hoteles y centros comerciales, y en algunos de los súper cargadores. Mis viajes los programo entendiendo no sólo las reuniones de trabajo y mi descanso, también planeo la carga de la batería del carro.
La semana pasada tuvimos la oportunidad de experimentar con otros miembros del club, juntar un primer grupo de vehículos Tesla en Querétaro. Desde Monterrey, Morelia, Uruapan, La Piedad, Guadalajara, Colima o Torreón; los vehículos fueron llegando y encontrando las rutas óptimas. Llenar los cargadores de algunos hoteles, y poder convivir y compartir experiencias y aprendizaje por un fin de semana.
Nos faltó tiempo de conocer nuestro gusto, afición y pasión por la tecnología y conciencia por el medio ambiente; y reconocer que existimos más amigos en México que estamos dispuestos ha lograr un cambio y que creemos que el Futuro es Hoy.
Alfonso Martínez Equihua
Tesla Owners Mexico 